miércoles, 18 de abril de 2007

lo minucioso es lo importante



Gustave Flaubert tardó cinco años en escribir Madame Bovary, empezó su redacción el 19 de septiembre de 1851 y terminó el 30 de abril de 1856. Cinco años buscando el detalle, cuidando el estilo y atendiendo a la descripción de cada objeto imaginario que pasaba por su mente para transfigurlo y transformarlo en palabras. "Quisiera escribir todo lo que veo, no tal como es, sino transfigurado".
Una declaración de principios en toda regla que jamás podría afirmar un periodista, quien se encarga de interpretar la realidad y explicar los acontecimientos con el máximo rigor posible. Flaubert, en cambio, enamora con su mensaje, absorbe lo objetivo y se ajusta a su propia línea geométrica. Emma, la señora Bovary, es una inadaptada a la vida, debido a la imaginación desbordada que guarda en su interior cuyo objetivo es hacer realidad sus sueños de donde nacen sus tragedias personales. Un escenario que para muchos queda a una distancia eterna, incapaz de recorrer.
Sin duda, la utopía interior de Flaubert es tan reveladora como la realidad objetiva y científica de las cosas. Envidiable.

2 comentarios:

Jusephus dijo...

N'hi ha d'altres que els hi agradava fer de mirall enmig del camí, generalment força més infumables que Flaubert, per bé que també prou més esquerrosos.

Piro que tinc un piscolabis amb Madame la Pompadour.

Raül Calàbria dijo...

"Quisiera escribir todo lo que veo, no tal como es, sino transfigurado".
Jiménez Losantos?